Ha fallecido en Madrid el gran intérprete de la escena española Juan Diego, protagonista junto a Celso Bugallo, Luis Tosar y Marta Etura, entre otros, de la película “La vida que te espera” del director cántabro Manuel Gutiérrez Aragón y en la que varias de sus escenas tuvieron a la villa pasiega de Vega de Pas como escenario. Su recuerdo en este pueblo será imborrable, ya no solo por su magnífica interpretación sino también por su simpatía y cordialidad con todos los vecinos durante su estancia en la posada Casa de don Guzmán de la localidad, en cuyo libro de firmas dejó constancia del cariño recibido: “Nunca soñé conocer esta impresionante y misteriosa comarca de los Valles del Pas desde un refugio tan cálido y entrañable…”, comienza su dedicatoria. Con profunda tristeza ha sido acogida la noticia de su fallecimiento en toda la villa y donde Juan Diego fue por unos meses un pasiego más, ya que su profesionalidad a la hora de interpretar los gestos y actitudes o las miradas y posturas de esta particular estirpe, precisaba de un continuo contacto con el medio, labor merecedora en la propia película de los mayores elogios por su resultado.
BIOGRAFIA (wikipedia):
Este actor sevillano contaba que en Bormujos pasó una infancia feliz y completamente normal, huyendo de los policías municipales cuando el balón con el que jugaba al fútbol con sus amigos se estrellaba en el aparador del Ayuntamiento, y aprendiendo a conocer y reconocer las tipologías de la gente sencilla del medio rural. Aunque siempre se sintió identificado con su pueblo, de joven decidió estudiar en Sevilla para evitar dedicarse a las faenas del campo.1
Su temprana vocación interpretativa cobró forma en 1957, cuando se subió por primera vez a un escenario. Tres años más tarde, en Sevilla, interpretó Esperando a Godot, de Samuel Beckett, un trabajo polémico que cimentó su prestigio entre la crítica. Amplió su formación en el Conservatorio de Música y Declamación, estudios que le permitieron entrar en contacto con Televisión Española (TVE). Intervino en una gran cantidad de programas de la televisión estatal, entre telenovelas, producciones dramáticas y el por entonces popular Estudio 1. Esta experiencia le permitió conocer a fondo las tablas y familiarizarse con los estamentos de la profesión.1
También de muy joven tomó conciencia política y se acercó al Frente de Estudiantes Sindicalistas, que era la rama juvenil del falangismo disidente (que daría origen a Falange Independiente). Pero, con posterioridad, como otros militantes de ese entorno, acabaría derivando hacia una militancia en el entonces clandestino Partido Comunista de España (PCE).
En 1975 fue uno de los cabecillas de la huelga de actores que reivindicaba la reducción de la jornada laboral para los intérpretes teatrales. En ese mismo año Juan Diego apareció junto a Ana Belén en la polémica película La criatura de Eloy de la Iglesia, con quien ya había colaborado en Algo amargo en la boca (1969), y participó en el primer filme de Francisco Rodríguez, La casa grande, película que participó en el Festival Internacional de Cine de Berlín.2
En la década siguiente intrevino en Los santos inocentes (Mario Camus, 1984). Fue entonces cuando consolidó su carrera en el cine. En efecto, en 1986 participó en El viaje a ninguna parte, la crónica de Fernando Fernán Gómez sobre un mundo en el que ya no tendrían lugar los antiguos cómicos, y Dragon Rapide, en la que Juan Diego encarnó a un Francisco Franco a punto de incorporarse al Bando Nacional. Por su interpretación en esta última recibió la primera de sus nueve candidaturas a los Premios Goya, seguida por la alcanzada por su papel de San Juan de la Cruz en la película de Carlos Saura La noche oscura (1989) y el intrigante capuchino de El rey pasmado (1991), que le vale su primera estatuilla.
A mediados de la década disminuyó su actividad cinematográfica, centrándose en su carrera teatral. Por esa época estrenó El lector por horas, en la que compartía el escenario con Jordi Dauder y Clara Sanchis.
En 1999 se produjo su regreso al cine con París-Tombuctú, en la que Juan Diego dio vida a un anarquista que andaba desnudo por las calles del pueblo. Asunción Balaguer y Liberto Rabal anunciaron que el intérprete había ganado su segundo Premio Goya a la mejor interpretación masculina de reparto. Luis García Berlanga recogió el cabezón en su nombre, agradeciéndole ser el único actor que tuvo las pelotas de salir en pelotas.
En 2000 repitió candidatura por You're the one (José Luis Garci), en la que Juan Diego interpretó a un cura que no creía en su ministerio, que se mostraba desengañado de la vida y que pese a su ideología confesaba admirar a Pablo Picasso. En ese mismo año Miguel Hermoso le encomendó un rol pequeño, pero vital en Fugitivas, protagonizada por Laia Marull. Por esas fechas nació su hijo pequeño, Diego.
En 2002 Juan Diego regresó a la televisión para ponerse bajo las órdenes de Benito Zambrano en Padre Coraje, papel por el que obtuvo el premio de la Unión de Actores, en cuya gala los candidatos gritaron al unísono No a la guerra que rechazaba la decisión de George W. Bush de iniciar la guerra de Irak. El propio Juan Diego había leído manifiestos en la Puerta del Sol acompañado de María Barranco y Juan Diego Botto, llegando incluso a atender en el escenario a un manifestante herido por la policía. Ese 2003 terminó con el rodaje de Torremolinos 73 de Pablo Berger, en la que Juan Diego se puso en la piel de un productor de películas porno amateur explotador que había padecido en sus propias carnes las deficiencias económicas del desarrollismo. Poco después el actor engarzó la filmación de El séptimo día (2003), donde se convirtió en uno de los responsables de la matanza de Puerto Hurraco, con el de La vida que te espera, dirigida por Manuel Gutiérrez Aragón.
En 2005 comienza la exitosa y popular serie Los hombres de Paco, que dejó de emitirse en 2010, donde actuó junto con los actores Paco Tous, Pepón Nieto, Hugo Silva, Adriana Ozores, entre otros. Su personaje, el comisario Don Lorenzo, fue uno de los más populares de la comedia de Antena 3, siendo muy famosa su coletilla de mis santos cojones.
Juan Diego y el resto del reparto de la serie Los hombres de Paco.
En 2006 compartió protagonismo con Ángela Molina en El triunfo, de Mireia Ros, y con Juan Diego Botto en Vete de mí, de Víctor García León. En la XXI edición de los Premios Goya obtuvo por fin su primera distinción como mejor actor principal por su papel en Vete de mí. En el filme interpretaba el rol de Santiago, un actor cincuentón venido a menos que se ve obligado a alojar en su casa a su hijo treintañero (Juan Diego Botto).
En 2008 protagonizó la película Casual Day, compaginando el rodaje con la grabación de la serie Los hombres de Paco.
En 2010 tras finalizar la serie de Los hombres de Paco sigue interviniendo en cine, como la comedia Que se mueran los feos (Nacho G. Velilla) o la película sobre la vida de Lope de Vega, Lope (Andrucha Waddington).
En 2011 continua con sus trabajos en cine, siendo el más destacado su interpretación del general Alfonso Armada en la película 23-F: la película, que le vale una nueva candidatura a los Goya. Al año siguiente regresa de nuevo a la televisión con la serie Toledo: cruce de destinos, interpretando a Alfonso X de Castilla, conocido también como el Sabio.
En 2012 estrena Todo es silencio (José Luis Cuerda), largometraje centrado en el narcotráfico en Galicia y estrenado en la Semana Internacional de Cine de Valladolid 2012, y rueda Anochece en la India, road movie dirigida por Chema Rodríguez, estrenada en 2014 y por la que gana, por tercera vez, el premio al mejor actor del Festival de Cine Español de Málaga.
En noviembre de 2012, estrena en teatro el monólogo La lengua madre, escrito por Juan José Millás, con el que inicia una gira por toda España durante 2013 y 2014.
Juan Diego recogiendo la Concha de Plata al mejor actor en el Festival de Cine de San Sebastián de 2006.
En octubre de 2013, el diario La Vanguardia publicó una carta a favor de la independencia de Cataluña,3 por una persona que firmaba como Juan Diego y era de localidad madrileña de Valdemoro. Diversas páginas webs se hicieron eco de la carta abierta y atribuyeron su autoría al actor Juan Diego. Con motivo de la representación de la obra La lengua madre en Pamplona, el 18 de enero de 2014 el Diario de Navarra entrevistaba al actor y destacaba el texto con el titular "La carta sobre Cataluña que nunca escribió". El actor declaraba: "Yo no he escrito ninguna carta de ningún tipo de independentismo. La firma Juan Diego, pero ese no soy yo, porque cuando yo escribo una carta soy Juan Diego Ruiz Moreno. Tenía ganas de decir que es una mentira falaz". Señaló que no iba a hacer nada por desmentirlo porque "es meterte en una rueda de mentiras, y no". "A alguien que le gustó mucho esa carta la cogió y puso en mi boca toda la grande y maravillosa consecuencia de qué es la independencia para Cataluña. Creo que tiene mucha importancia que se sepa que yo no soy el autor". Finalmente, en enero de 2018, un periódico digital catalán publicaba una rectificación al respecto4 y el actor emitía un comunicado en El País para desmentir públicamente su autoría sobre la carta.5
De cara a las elecciones municipales de 2015 en Torrelodones, municipio en el que residía, firmó el documento titulado «Llamamiento de candidatura de confluencia ciudadana en Torrelodones», que pedía el voto para Confluencia Ciudadana.[cita requerida] En 2018 fue nombrado hijo adoptivo de Sevilla.6
Falleció el 28 de abril de 2022 tras una larga enfermedad.
"La vida que te espera", la pelicula que rodó Juan Diego en Vega de Pas:
La historia se desarrolla en el Valle del Pas (Cantabria). Gildo (Juan Diego), un pastor viudo que vive solo con sus hijas, al notar que le falta su vaca preferida, Vanesa, va a buscarla y descubre que se ha metido entre el ganado de otro pastor del valle, su vecino Severo (Celso Bugallo). Este, su vecino y rival, le dice a Gildo que como la vaca ha venido a su collado él tendría el derecho a quedársela ("prendarla"). Mediante esta amenaza, le pide a Gildo que le entregue el primer jato que tenga la vaca y Gildo consiente a regañadientes. En la próxima escena, vemos que Severo tiene un hijo en la ciudad que trabaja de peluquero. Severo entra en la peluquería contra los deseos de su hijo, Rai (Luis Tosar) y empieza a pedir que deje la peluquería y vuelva al campo y a la vida del pastor, ocasionando así una fuerte discusión entre ambos. Transcurre en este momento además que la vida tradicional de los pastores está amenazada por cambios políticos a nivel europeo, lo cual puede ser un agravante para el estado desquiciado de su padre. De nuevo, en una de las cabañas del valle, vemos a Gildo trabajando con su hija mayor, Val (Marta Etura) mientras la menor, Genia (Clara Lago) escucha música y baila. Gildo llama a Genia y le dice que baje con el jato prometido a la cabaña de Severo para entregárselo pero Genia dice que tiene que hacer un examen en el colegio. Al final, Val interviene y sin que se entere su padre lleva el jato a Severo. Al ver el animal Severo le dice que se lo lleve otra vez porque no es de la misma vaca. Val dice que lo puede demostrar con los papeles del veterinario, deja el animal allí y se va. Severo de repente aparece en el camino, la rapta violentemente, atándola como si ella fuera un animal y la encierra con el ganado. Al venir su padre a indagar de su tardanza, descubre a su hija encerrada e intenta liberarla. Severo vuelve y empieza a pelear con Gildo y en el forcejeo Severo resulta muerto. Estos hechos hacen retornar a su hijo Rai (Luis Tosar) para hacerse cargo del funeral, sus propiedades y el ganado. Val ahora se ve implicada en el homicidio presuntamente llevado a cabo por su padre y poco a poco se siente incluso más atrapada en la vida aislada que tiene que compartir con él. Por sentimientos de culpabilidad y también por el peso del secreto que guardan ambos se ve obligada a procurar relaciones diplomáticas con Rai y se sorprende en descubrir que este le despierte sentimientos que van más allá de la simple diplomacia. El desarrollo de la película gira alrededor de la estrecha relación y complicidad que Val tiene con su hermana menor; las tensiones dentro de la relación claustrofóbica con su padre y ahora la difícil historia de amor que tiene con Rai, el hijo de su enemigo y víctima. Mientras tanto la policía aparece y desaparece en su constante búsqueda del asesino. El desenlace ve al padre intentar escaparse, con la ayuda de sus hijas, la revelación de alguna sorpresa más dentro de la narrativa y un vislumbrado 'final feliz' en los destinos de Rai y Val. Destaca el papel importantísimo que juega el paisaje del Valle del Pas y alguna escena con los otros habitantes pasiegos, como por ejemplo la competición para premiar a quien tenga la mejor vaca lechera. Todo esto retrata una vida pastoril que empieza a sufrir los cambios hacia la vida moderna.
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