Objeto del proyecto
El presente proyecto responde al requerimiento del Ayuntamiento de Villacarriedo, que precisa de un
proyecto constructivo que defina las obras que posibiliten la RENOVACIÓN URBANA DE LA PLAZA DEL
AYUNTAMIENTO, también conocida como Plaza de Jacobo Roldán Losada. Esta Plaza es una de las más
representativas del núcleo y en torno a la misma se desarrollan usos residenciales y comerciales en planta
baja, articulando el acceso a otros equipamientos de la comarca, como es el Registro de la Propiedad.
En consonancia con las actuaciones que se llevan a cabo en otros entornos de estas características, se
pretende adecuar el espacio a los usos más urbanos que se desarrollan en la actualidad, creando un espacio
polivalente que pueda dar cabida al uso estancial de los vecinos, lo que se ve favorecido repensando el
espacio destinado a los tráficos motorizados que rodean casi completamente el actual espacio estancial. No
obstante, esta actuación se ciñe a una parte del espacio y mantiene los tráficos de paso de residentes,
aunque a través del diseño y de los acabados del pavimento se pretende que la prioridad del uso no sea la
de los vehículos automóviles, sino la de los vecinos y visitantes de Villacarriedo.
El principal objetivo de la actuación es el fomento del uso público estancial y de paso, para lo que es
necesario partir de una visión integral, así como del análisis de los usos potenciales que se desarrollan en su
entorno inmediato, que muchas veces condicionan el diseño, teniendo presente que las actividades
cotidianas favorecen el uso y disfrute del espacio público y contribuyen a crear espacios de socialización
mucho más ricos por su mayor complejidad. Aunque la configuración del espacio público tiene su propia
evolución, acorde a los distintos momentos históricos vividos por la sociedad, cabe considerar que la
estructura urbana de este entorno de Villacarriedo es asimilable a la de un espacio denso, compacto y
complejo, que propicia una posición ventajosa a la hora de promover políticas de mejora del espacio
público. Esta intervención permitirá poner en valor los itinerarios urbanos que atraviesan el núcleo,
conformándose una red en la que van ganado peso los itinerarios urbanos de prioridad peatonal, algunos de ellos restringidos al uso vehicular, que relacionan los diferentes espacios estanciales, dando a Villacarriedo una vitalidad social en sus calles que no hace sino generar una mejor calidad de vida a sus ciudadanos apoyándose en elementos de proximidad y cercanía.
La superficie total de la plaza junto al Ayuntamiento es de unos mil setecientos metros cuadrados, aunque se aborda en esta ocasión la transformación del espacio más vinculado a la casa consistorial, que dispone de una superficie aproximada de 1.120 m2s.
Para establecer la superficie sobre la que actuar se debe tener en cuenta, además de los recursos que
pretende dedicar el municipio a esta obra, la realidad física del espacio, lo que propicia en este caso una
primera fase de que disponga de las dimensiones suficientes para ser representativa y percibirse como una
intervención única y finalista. Por ello, los límites claros son los que delimitan las edificaciones por el este y los viarios por el sur y el oeste, siendo la fachada principal de la casa consistorial el límite por el norte de la
intervención. Una transformación paulatina de la totalidad del espacio tiene la ventaja de ofrecer un grado de intervención mayor a largo plazo, ya que la reducción de la presencia de los vehículos en el entorno del
Ayuntamiento se asimila mejor por los usuarios si se desarrolla de forma gradual.
Debe tenerse en cuenta que, al tratarse de un espacio de referencia a nivel municipal como es el de la Plaza
del Ayuntamiento, los materiales deben ser de buena calidad, ya sea pavimentos, mobiliario, iluminación o
jardinería. Asimismo, como plaza, su uso está destinado, además de a las relaciones sociales, estanciales o de juego, habituales de los espacios públicos, a la celebración de eventos, fiestas, mercados etc. lo que requiere de una mayor proporción de superficies pavimentadas, frente a superficie ajardinadas o drenantes.
El principal reto del proyecto es el favorecimiento del uso peatonal de la Plaza, con su homogenización y
embellecimiento, beneficiando el uso estancial del espacio público y fomentando el uso comercial de los
establecimientos en la planta baja, mejorando las condiciones de los tráficos peatonales de paso, siendo
necesaria la eliminación de obstáculos que comprometen la accesibilidad.
Para ello se ha previsto la repavimentación de la totalidad del espacio y la renovación de las infraestructuras
de drenaje, abastecimiento eléctrico y la de iluminación, con parte del mobiliario que será renovado y
mejorado, complementándose la intervención con la implantación de vegetación adecuada y la
recolocación de los elementos que cumplen su función. Se ha optado por mejorar la permeabilidad del suelo,
evitando sellar la totalidad de la superficie para lo que se ha previsto generar nuevas zonas ajardinadas y
alcorques a nivel, con los que se crea una nueva alineación arbórea ornamental, que sirve a su vez como
elemento de separación entre los tráficos motorizado y peatonal.
La pavimentación de las aceras es renovada con piezas de hormigón y características adecuadas al uso. En
las zonas peatonales, siguiendo la alineación establecida por los nuevos elementos vegetales, se ha previsto la
colocación de bancos y la iluminación de los espacios estanciales se adecua a los nuevos usos,
empleándose luminarias de tecnologías actuales, con un formato más moderno que las actuales luminarias
ornamentales.
Se prevé la creación de una plaza central diáfana, conformando dos niveles que están separados por una
escalera en forma de L con un máximo de seis peldaños, de forma que se integren los pasos rodados laterales
al mismo nivel y se configure un mayor espacio continuo en las proximidades de la fachada del edificio este;
hasta la calzada de la carretera autonómica, sirviendo de paso previo a su integración en la plaza; y que
incorpore la acera existente en la zona oeste, provista de árboles, fuente y bancos.
En las zonas de uso peatonal se utilizará baldosa hidráulica de calidad, mientras que en las zonas rodadas se
empleará material similar de mayor espesor y que soporte el paso de vehículos. La calle que discurre por el
lateral oeste podrá mantenerse en aglomerado, pero se texturizará para mejorar su integración en la plaza y se
ejecutará a nivel con el pavimento peatonal. En las áreas ajardinadas se plantarán especies de porte bajo,
que no resten presencia al edificio principal y se han emplazado en zonas periféricas, para no limitar el uso de
la plaza. Se valorará la utilización de piezas de diferentes tonalidades y texturas, seleccionadas con un tamaño
adecuado y espesor suficiente, resbaladicidad mínima y teniendo en cuenta la absorción de luz, calor y aguaEn la parte alta de la plaza, que queda a nivel de la travesía de la carretera autonómica a la que da frente la
plaza del Ayuntamiento se emplazará un roble que pretende representar el nexo emocional entre el hombre y
la naturaleza. Puede decirse que desde siempre el árbol ha constituido el centro de la vida de las
comunidades y que aún hoy el bosque es el estado natural de los paisajes carredanos. Ejemplares singulares
se emplazaban en lugares estratégicos y se adoptaban como seres totémicos, dando lugar así a los árboles
de junta, que han presidido parlamentos, ayuntamientos e incluso juzgados, siendo testigos del juramento de
quienes se dedicaban al servicio público. Por su parte, el monolito central de sillería, que hoy ocupa un
espacio central de la plaza, se desplazará al oeste de la plaza, emplazándose en
el espacio que separa las plazas, junto a la alineación de árboles que se conserva.
Comentarios